Venia por la carretera rumbo a cieneguilla, casi dormido porque la levantada fue a las 5 de la mañana, y claro como todo publicista. a la noche anterior fue una de esas nochecitas que duermes con la mente trabajando. Seguro que algún día moriré pensando en publicidad. En fin solo veníamos de lima pero el camino parecía un viaje a nunca acabar. Gracias a dios nos fuimos en una combi con toda la gente de producción. Todos dormíamos pero contando chistes y rajando de la gente de producción y claro del cliente que manejaba adelante con el director creativo en un BMW plomo. Lo único plomo que teníamos nosotros era el polvo goteando de sudor por la cara y el poto de los asientos de la combi. La combi paro a petición de una de las chicas creativas paramos en una estación de gasolina pero donde solo habían mas de 3 docenas de niños vendiendo de todo como en botica y todos en la combi comprando, no por hambre si no mas bien por compasión. Mientras el BMW paro con nosotros solo lo que pudimos apreciar fue que bajaron la luna para botar la ultima gota de chela en una botella, el desayuno del jefe.
Pues en realidad no era la filiación en el mismo cieneguilla como pensábamos, teníamos que manejar hacia una pampas de cholo, no recuerdo exactamente el tiempo pero no era lejos. Los caramelos que nos vendieron los chibolos en la estación parecían más bien pacos de coca, ya que todos estábamos en una lora y claro seguíamos con el raje del BMW plomo. Finalmente la producción empezó y claro teníamos que poner la risa fingida al cliente, que seguía sediento de chelas. Pero el vacilan ya estaba ahí. Hasta el director anuncio que teníamos que parar porque habían unas luces que se tenían que arreglar y también que el talento, como uno de ellos era un niño, esta cansado y haríamos un descanso de aproximadamente dos horas. Sin mucho que hacer en una pampa amarilla de choclo y árboles marrones y carretera que con las justas alcanzaba el ancho de la combi, Silvana y yo, mi gran amiga en ese entonces que ahora triunfa como ama de casa en granada, decidimos ir a caminar por la pampa mientras los chicos agarraban su sándwich y coca cola y también seguro a fumarse un porrito por ahí. El dueño del BMW juraba que se había ido de paseo a la playa, ya que mientras nos alejábamos del campamento de producción, observamos que esta bronceándose con ropa con una pata sobre una piedra y con la corbata a mitad de camisa. Lo único que nos quedo fue matarnos de risa y seguir caminando hacia un sin fin de cholo creciendo.
Mientras caminábamos moviendo las ramas de choclo con la mano, Silvia me hablaba de lo mucho que le gustaba la publicidad, pero lo poco glamoroso que cada era. Palabras textuales. Y yo le respondía alguna frustración del momento tratando de decirle de alguna forma que quizás no era el momento de publicidad para ella. Sus ojos hablaban de casarse y tener hijos. Y lo logro y con gran éxito. Mi gran amiga cuanto la extraño. Mientras hablaba con los ojos mirando al suelo y moviendo las ramas, parecía como que nos habíamos olvidado del mundo y escuche a Silvia decir, no lo puedo creer.
Cuando levante la mirada, mis ojos descubrieron algo imposible de creer. Una preciosa choza de colores en medio de una pampa de choclo. Literalmente en medio de la nada. Parecía una casa de choclo. Los palos que agarraban la pita para colgar la ropa eran como 10 palos de choclo. Y la ropa, ni Gap tiene esos colores tan brillantes y menos hechos a mano. Mientras observábamos este gran mundo a solo 1 hora de la gran lima, varios ladridos de perros, ocasionaron un fuerte grito de Silvia que se agarro de mí como si alguien la quisiera matar y los dos caímos de lado. Cuando levante la mirada, solo recuerdo que el sol me opacaba los ojos y vi. la cara mas angelical del mundo.
Hasta ahora pienso que es un ángel de verdad. Cuando reaccione, me di cuenta que el ángel que se me había presentado era un niño que vivía en la choza, con un sombrerito de mil colores, moco seco en nariz, sucio pero con una sonrisa que valía mas de un millón de dólares. En ese momento me pare con Silvia y solo escuche que Silvia dijo, hola como te llamas?, El niño dio media vuelta y se fue corriendo hacia la choza seguido por sus perros, que lo único que hacían era ladrar. Caminamos lentamente hacia la choza y aparecieron como tres niños más que también corrían asustados al vernos venir. Hasta que salio de la choza un hombre arrugado, con la cara quemada, con un pantalón de los que se pusieron de moda un verano, hasta solo pasando la rodilla, unas chancletas negras, un chaleco negro y una camisa blanca pero parecía mas bien amarilla con cierto toques de bolos en frente de la camisa. Nos dijo, son los nuevos jefes!!! Alucinante. No hay porro en el mundo que te haga ver eso.
Que BMW ni que BMW, acababa de encontrar la verdadera publicad, la verdadera vida. Se saco el sombrero y con cierta elegancia se puso el sombrero en el pecho y nos invito a pasar a su choza, mientras los cinco niños nos rodeaban mirándonos como si fuéramos santos de una iglesia, agarrándonos las manos, con unas sonrisas imposibles de imaginar. Que pureza. Mientras caminábamos en cámara lenta hacia la puerta de la choza, una mujer baja, redonda con muchas faldas, un pelo liso, brilloso y negro que ni los comerciales de pantene los puede hacer salio detrás del colgadero de ropa gritando, Julian agarra los niños!!!. Los Ángeles con las miradas hacia arriba seguían mirando a sus santos. Hasta que a conversación empezó y trate de explicarles porque estábamos ahí, sin entender que nunca me iban entender. Ya me mi expiración era tratar de decir que estábamos haciendo un comercial de televisión para un cliente. La pureza de lo que estaba viendo me hizo sentir tan ignorante. Silvia trato de disculparse y decirles que ya nos íbamos, y el elegante señor de sombrero nos saco una mesa para que nos sentáramos y nos trajo cancha con Inka Kola. Nos sentamos admirados de su bondad y ellos admirados de solo vernos. Que pensarían en ese momento. Era una comunicación telepática entre ellos y los otros. La mujer nos ofreció tamales y los trajo sin esperar. Yo estaba mudo, solo acciones, sin palabras. Entendí en ese momento que su primer idioma no era el español. Bendito quechua. Nunca desaparezcas. Los Ángeles jugaban y nos tocaban, se reían, nos miraban, nos hablaban, nos preguntaban, nos daban sus sucios juguetes, moqueaban. Yo solo los miraba pensando. Donde he estado todo este tiempo y quien mierda se invento la enfermedad del estrés. Hijo de puta. Sabía que la estadía tenía que terminar pronto para volver al glamoroso mundo de la publicidad.
Silvia anonada de la nada le pregunta a la señora si estaba embarazada, parecía que no entendía la pregunta y con señales haciendo un globo en la barrida la mujer de las miles faldas se agarro la boca sonriendo y medio avergonzada y coqueta a la misma vez. Le movió la cabeza afirmándole de su embarazo. La boca la tenia tan seca que quise sonreír y mis labios se quedaban pegados en mis dientes. Asombro y nervios de ver a esta mujer con tantos hijos y todavía esperando otro y feliz. Como que si tuviera 3 millones de dólares en el scotiabank. En ese momento aprendí una nueva lección, todos somos felices, lo que tenemos que hacer es encontrarlo y simplemente aceptarlo. Que hermosa es la naturaleza. Y que frágil. Al preguntarle cuando iba dar a luz y con señales que prefiero no mencionarlas. Tuve el honor de escuchar la respuesta más valiente del mundo, las palabras más simples de la tierra. La simpleza más hermosa del universo. La hermosa mujer de cabellos lisos y negros al lado de su hombre elegante y sus niños, con perfectas señales manuales me contesto, “cuando il choclo llige aquí”. Señalando con la mano, y poniéndose en cunclillas, su cuello. Silvia y yo matemáticamente volteamos a vernos unos al otro, el asombro de nuestros rostros inexplicable. Volteemos a verlos y automáticamente nos acercamos a ellos aceptando nuestros abrazos y comenzamos a jugar con los Ángeles y sin palabras nos convertimos en su una familia.
Sin saber sus nombres nos alejamos de ellos lentamente, y no perdimos en la pampa del famoso choclo. Silvia me dice, corramos. Y también con señales le conteste, hasta que el choclo nos llegue acá.
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Friday, October 24, 2008
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