La casa verde
Caminaba hacia la esquina de mi casa, tratando de llegar a la avenida del ejército. Me imagino que tendría 10 años aproximadamente, tenia de la mano a la empleada Saira. Recuerdo que se peleaba con los patas que la piropeaban. Que rico tu hijito le decían, yo te puedo dar uno mas bonito!! Saira era de la selva. Alta, guapetona, buen cuerpo. No era la típica empleada de hogar. Al llegar a la avenida del ejército mire hacia la casa verde, que quedaba cruzando la calle más cerca del malecón. Pasaba por la casa verde casi todos los días. Por ahí pasaba siempre de la mano de Saira para ir a la bodega del chino. El chino me decía pollo. Cada vez que iba me regala un caramelo. Nunca me lo metía a la boca, siempre al bolsillo. Cada vez que pasaba por la casa verde, la miraba sin parar. Decía ahí vivo yo. Saira me daba un jalon y me decía con su dejo, no seas mentecato!!! Me ponía a llorar porque quería entrar a la casa verde. Sentía que ahí vivía. Me imaginaba la gente que vivía ahí. Me imaginaba como jugaba ahí. Como comía. Las caras de la gente que vivían ahí. Rápidamente me imagine un plan para escaparme de las manos de Saira y correr. Hasta que encontré el momento preciso, me solté y sin darme cuenta crucé la calle corriendo para tratar de llegar a la casa verde. Saira como andaba todo el tiempo con tacos, no podía con mi carrera de niño de 10 años. Gritando me perseguía diciendo, este porquería de muchachito!! Me acercaba a la casa verde y para mi buena suerte veo que alguien abre la puerta principal. Agarre más carrera y me avente sobre una señora. Ella me agarro entre sus brazos y comencé a gritar yo vivo aquí!! yo vivo aquí!! por favor no me dejes, no me dejes. La señora desorientada de lo que estaba pasando trato de protegerme y calmarme; yo ya estaba dentro de la casa. Saira con sus tacos en la mano recién llegaba a la puerta principal. Disculpe señora, este porquería de muchachito, tu mama te va a dar una surra, ahora vas a ver, so porquería de muchachito. La señora no sabia que hacer, en ese momento ella dudo de Saira y pensaba que algo extraño estaba sucediendo. Mientras me aferraba con mi cara pegada a la barriga de la señora, escuchaba que decía mejor vamos a llamar a la policía. Saira con la respiración fuerte y asustada decía, yo trabajo con el doctor, ahí no mas al frente, este muchacho no se que le pasa, que pues ha comido, ya vamos edicito a la casa. La señora insistió en que mejor llame a la mama, porque aparentemente no le creía a Saira. Pensó seguro que me habían robado. Se fue entonces Saira a buscar a mi mama. Mientras tanto la casa verde era exactamente como me lo imaginaba, los muebles, la sala, las caras, la cocina, los colores de la casa. Estaba seguro que yo había vivido ahí. Algo me decía que tenía que quedarme ahí. La señora me dio un vaso de leche mientras Saira traía a mi mama. Mis ojos solo miraban alrededor de la casa confirmando mi imaginación. Hasta que sonó el timbre. Solo recuerdo que mi mama me cargaba pidiéndole disculpas a la señora.
Fue la última vez que vi la casa verde.
Friday, October 24, 2008
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